"Esto es física en acción, el inicio de una nueva era, con colisiones de 7 TeV (teraelectronvoltios)", dijo Paola Catapano, científica y portavoz del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) de Ginebra, al dar parte del experimento.
"Es un momento fantástico para la ciencia", señaló el director general del CERN, Rolf Heuer, en una videoconferencia desde Japón, apenas conteniendo su emoción.
Los vítores irrumpieron en las salas de control cuando los detectores del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) marcaron el choque de unos billones de partículas subatómicas a una velocidad inédita, en un tercer intento que resultó exitoso.
"Estamos una milmillonésima de segundo después del Big Bang", dijo a la AFP el portavoz del CERN, James Gillies.
"Es realmente un momento muy emotivo", afirmó Steve Myers, director de aceleradores y tecnología del CERN.
"Vimos verdaderos fuegos artificiales, muy diferente de lo que habíamos visto antes", dijo por su lado Fabiola Gianotti, portavoz del detector Atlas.
"Pronto podremos dar una respuesta a algunos de los grandes enigmas de la física moderna como el origen de la masa, la gran unificación de las fuerzas y la presencia abundante de materia oscura en el universo", precisó Guido Tonelli, portavoz del detector de partículas masivas y efímeras CMS, que utiliza una tecnología diferente a la de Atlas.
"Puede ser que estemos en el umbral de una nueva visión del mundo", como sucedió hace un siglo con la teoría de la relatividad de Albert Einstein, opinó por su lado Jurgen Schukraft, que investiga los primeros instantes del universo hace 13.700 millones de años.
"Con certeza estaremos repitiendo la hazaña varias veces en la semana que viene y durante el año", señaló Myers, que comparó el experimento con el lanzamiento de dos agujas desde lados diferentes del Atlántico, con la esperanza de que choquen.
La nueva etapa, llamada "Primera Física", supone el comienzo de una serie de millones de choques similares durante un periodo de 18 a 24 meses.
El LHC, que se encuentra en un túnel de 27 kilómetros de largo instalado en la frontera entre Francia y Suiza, se detuvo pocos días tras su inauguración en 2008 y estuvo 14 meses en reparaciones.
Sin embargo, tras su relanzamiento en noviembre de 2009 el colisionador --que costó unos 3.900 millones de euros (5.250 millones de dólares)-- realizó varias hazañas sin precedentes.
Un mes más tarde había alcanzado ya una potencia jamás vista de aceleración de haces de protones, de 2,36 TeV, permitiendo el choque de más de un millón de partículas. Ahora, tras alcanzar los 7 TeV, superó en tres veces y media la potencia máxima de su competidor, el Fermilab de Chicago (Estados Unidos).
Científicos de todo el mundo procesarán y analizarán los datos en una gigantesca red de ordenadores, buscando evidencias de un eslabón perdido conocido en la teoría como el bosón de Higgs, comúnmente llamado la "partícula de Dios".
"En este tipo de física, lo importante de observar nuevos fenómenos es recoger estadísticas", indicó la científica Despiona Hatzifotiadu. "Nos dará una idea de cómo fuimos creados en un comienzo".
El experimento podría también esclarecer la "materia oscura" y la "energía oscura", materia invisible que podría explicar un 96% del cosmos.
Aun así, el LHC actualmente funciona sin desplegar todo su potencial, pues está diseñado para producir choques a una velocidad de 14 TeV, o un 99,99% de la velocidad de la luz, que podría alcanzar en 2012.
El bosón de Higgs se trata de una partícula que junto a muchas como ella se hayan diseminadas, como una especie de red, en el llamado campo de Higgs, se ha teorizado que cuanto más interacciona una partícula cualquiera con este campo, más masa posee, podría ser la clave de la definición de algo tan esquivo como la masa, por lo que es el sueño de todo físico el vivir un momento tan sumamente emocionante como este.
ResponderEliminar